Y por fin le llegó el turno al comedor. Lo estaba pidiendo a gritos y yo procrastinando con otras cosas.
El sofá es de color azul, y desde que tengo un gato por casa tenía un pareo puesto por encima, pero no me convencía.
Compré esta tela tan chula (ahora la veo un poco demasiado clarita) y me puse a medir. La idea inicial era hacer los reposabrazos y para asiento y respaldo poner la tela como el pareo.
Pero viendo que me iba quedando bien, me vine arriba y también he cosido los dos asientos y los dos respaldos. Ahora tengo el sofá conjuntado y puedo sacar estas fundas y lavarlas sin problemas.
Las sillas estaban penosas no, penosísimas. La estructura está perfecta pero el tapizado en su día fue un beige clarito, y hoy en día era un multicolor en distintos "marrones". Vaya, vergonzoso.
Hacía tiempo que quería cambiar el tapizado, y al fin me había comprado una grapadora eléctrica. Ahora sólo tenía que escoger la tela y ponerme manos a la obra. Pues esto fue lo más difícil. Fui a una tienda en la que hay un montón de telas, me tiré más de una hora mirando tapizados y no me decidía. No quería ni estampados, ni lisos claros. Tampoco que fuera igual que las fundas del sofá, porque es una ropa demasiado clara. Y al final se me ocurrió una idea: el tejano. Encontré un tejano no elástico y bastante grueso. Y este es el resultado. Me encanta cómo queda. Aquí tenéis la comparativa:
No he sacado el tapizado anterior y con la grapadora ha sido un momento tener las sillas nuevas.
Ahora sólo me queda cambiar las cortinas, que también me lo están pidiendo a gritos, pero... más adelante.
Y con esto, me pongo al día de lo que he hecho en estas últimas semanas y no había publicado. Hoy es la tercera publicación guayyyy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario