Le compré a mi padre una camisa y le venían las mangas bastante largas. O se arremangaba o amenazaba con no ponérsela, así que decidí intentar arreglarla.
Me daba mucha pereza quitar el puño, arreglar la apertura y volver a poner el puño. No recuerdo dónde vi otra manera de acortar la manga desde arriba, y me puse manos a la obra.
Marqué la forma de la sisa.
Descosí de los hombros.
Dibujé los cm que tenía que acortar.
Recorté.
Cosí de nuevo a los hombros, y tachán tachán, perfecto (bueno, con un poco de plancha mejoró)
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